domingo, 25 de noviembre de 2012

Capitulo 4 - Forever young

[Rose]

Me levanto de la cama. No puedo dormir, porque Bella no ha parado de gritar en sueños. Son las 8:00 de la mañana, pienso en ducharme. Me meto en el baño, las gotas caen sobre mi cuerpo muy deprisa. Parece que hacen carreras entre ellas. Una nube de vapor comienza a formarse, y mis recuerdos vuelven a mi mente.

FLASHBACK

Yo salía de una discoteca muy tarde, completamente borracha. Bella estaba de vacaciones esa semana, y no vino conmigo esa noche. Había unos chicos en la puerta. Cuando me vieron salir dando tumbos, no dudaron en venir hacia mi. 

-Chico 1 : Hola preciosa, ¿cómo un chica tan sexy está sola?
-Chico 2 : No tengas miedo, solo queremos divertirnos un poco - dijo, mientras se acercaba - ¿Cómo te llamas?
-Rose : Porfavor dejarme en paz - tenía mucho miedo -.
-Chico 1 : Tranquila, solo vamos a jugar.

FIN DEL FLASHBACK

No me doy cuenta de que estoy gritando y dando golpes a la pared hasta que Bella entra en el baño. Me agarra fuerte e intenta calmarme.

-Bella : Shhhh tranquila, ya ha pasado todo, estás a salvo, shhhh.
-Rose : Lo siento mucho, lo siento... es que me acuerdo de mi pasado y...
-Bella : Eh, no me des explicaciones, estas con migo, a salvo. Venga, vamos a secarte - me cubrió con una toalla - Tengo que contarte una cosa.

Bella se ducha mientras yo me visto. Me pongo unas mayas, una sudadera y unos playeros. Bella sale del baño, se viste y me empieza a contar.
Cuando termina, no sé como reaccionar. Los dos hombres del motel si que eran un poco sospechosos, pero que tengan una pistola en su poder, es más que sospechoso, es peligroso. Pensamos en llamar a la Policía, pero puede que sean detectives o algo parecido, así que decidimos quedarnos al margen. Aunque no parece que Bella quiera dejar de investigar.

[Bella]

Rose se acaba de ir, creo que va a ver el resto del motel. Dice que no quiere saber nada de los hombre, porque mañana nos vamos y no los volveremos a ver. ¿O puede qué si?
Salgo de la habitación y cierro con llave. Me dirijo a la recepción y miro por la venta. Los hombres están allí, así que pongo en marcha mi plan. Corro lo más rápido que puedo hasta la habitación de los hombres. La puerta está cerrada, así que me cuelo por la ventana. La habitación es como la nuestra. Veo que no tienen mucho equipaje, al igual que nosotras. Enseguida abro todos los cajones y las maletas. Noy rastro de la pistola. Acabo de encontrar una carpeta. La abro. Leo muy deprisa lo que pone. Son cartas del banco, deudas sin pagar, y todos los registros del motel en el que estamos. Me paro a pensar que tendrá que ver este motel con esos dos hombres, pero el ruido de unos pasos interrumpen mis pensamientos. Dejo todo como estaba, y cierro la ventana. Oigo el ruido de la llave sobre la cerradura, y me escondo en el baño. Los hombres ya están dentro. Siento mucho miedo, pero lo que hablen puede ayudarme, así que pongo el oído.

-Hombre 1 : ¿Cuando lo hacemos?
-Hombre 2 : La mujer no nos ha dicho todavía nada, tenemos que esperar un poco más.
-Hombre 1 : ¿Esperar más? ¡No podemos esperar más! Mike sabía que íbamos a venir, el lo sabía. ¿Y que ha hecho? Se ha ido a Santa Monica, ha huído.
-Hombre 2 : Calmate, ¿quieres? Su mujer está con nosotros, tarde o temprano tendrán que contactar, ese será el momento para actuar.
-Hombre 1 : ¿Y las chicas? No teníamos calculado que hubiera nadie aquí.
-Hombre 2 : Ya nos encargaremos de ellas, seguro que sospechan que tramamos algo, no hemos sido muy discretos que digamos.

Ante esto, dejo de escuchar y mi prioridad se convierte en que no me descubran. Oigo como alguien entra en el baño, yo estoy en el cajón de las toallas. No tarda mucho en salir, sin verme. Vuelvo a oír cerrarse la puerta y las llaves. Los hombres ya se han ido. Salgo de mi escondite, saltó por la ventana y hecho a correr hacia mi habitación. No paro hasta llegar a la puerta. Entro y me siento en la cama, esperando de Rose no tarde mucho.



lunes, 5 de noviembre de 2012

Capitulo 3 - Forever young

La mujer que nos atendió en la recepción acaba de entrar por la puerta. Nos avisa de que ya podemos pasar a nuestra habitación, así que cogemos las maletas y salimos de la sala, dirigiéndonos a el otro edificio, con las habitaciones. Nos detenemos ante la número 19. Rose saca la llave del bolsillo de su sudadera, y abre la puerta. La habitación no es gran cosa. Hay dos camas, una tele por cable, una mesilla con una lámpara y otra puerta. Suponemos que sea el baño. También hay una cómoda en una esquina, así que colocamos nuestras maletas ahí.
Como todavía no nos habíamos aseado, Rose se mete a la ducha que hay en el baño, mientras que yo intento encender la tele, para ver las noticias de última hora. Es inútil. Los plomos están fundidos ahora que me fijo, así que tampoco tendremos luz por la noche. Rose me dice que la saque ropa de la maleta, para cambiarse, así que la saco unos vaqueros, una camisa de cuadros y unos botines marrones. Se lo coloco encima de su cama, y me tumbo en la mía. Pienso en mis padres, que deben de estar subiéndose por las paredes en estos momentos. Eso me hace gracia.

-Rose : ¿De qué te ríes? -acaba de salir de la ducha-.
-Bella : Imaginaba como estarán mis padres, puede que hasta intenten movilizar a los medios de comunicación para encontrarme.
-Rose : Aunque lo hagan, no nos encontrarían. Nadie miraría en un Motel de carretera medio abandonado.
-Bella : Ya lo sé, pero sería gracioso verles en la tele diciendo "Oh, encontrar a mi hijita, tiene que ser cirujana, como nosotros, sus crueles y ambiciosos padres".
-Rose : ¿Sabes? Aveces me das miedo. Sobre todo cuando imitas a tus padres.
-Bella : Anda, vístete y vamos a comprar aperitivos para comer. Hay una tienda dentro de la recepción. Y también hay un bar.

Rose se viste, y salimos de la habitación, cerrando la puerta con la llave. Esta vez la guardo yo.
Cuando entramos en la tienda-bar-recepción, vemos que hay dos hombres viendo la tele. Están hablando con la mujer que nos atendió, pero ella, al vernos, vuelve corriendo detrás del mostrador. Rose y yo nos miramos confusas, pero no le damos mucha importancia, así que entramos en al tienda y cogemos dos paquetes de avellanas, una botella de agua y unos caramelos. Con eso estaremos nutridas hasta la cena.
La mujer nos cobra los productos, y después vuelve a su puesto detrás de mostrador. Los hombres ya no están en los sofás.
Nosotras volvemos a nuestra habitación. Nos sentamos y empezamos a comer. Acabo mi paquete de avellanas y doy un trago de agua. Pero me detengo, porque oigo unas voces detrás de nuestra puerta. Rose parece oírlas también, porque se levanta y pone la oreja pegada a la puerta. Está así un rato, hasta que las voces dejan de oírse, y entonces viene a mi lado.

-Rose : Creo que eran los hombres de antes, pero no he distinguido muy bien las palabras. Decían algo sobre un marido, y sobre unos papeles.
-Bella : ¿Qué hacemos ahora?
-Rose : No se, puede que no sea nada importante, que solo sean dos hombre hablando mientras van a su habitación.
-Bella : Si, será solo eso.

Después de eso, no volvemos a hablar en toda la tarde. Tal vez porque a las dos nos queda la duda de que tramarán esos dos, pero no lo consultamos entre nosotras. Cuando llega la hora de cenar, la mujer viene y nos avisa de que servirá la cena en el comedor que hay detrás de la recepción, así que las dos salimos hacia allí. Cuando entramos, volvemos a encontrarnos a los dos hombres, que nos miran y murmuran cosas entre ellos. Rose y yo nos sentamos en la mesa más cercana de la entrada. La mujer nos sirve la cena ; Pollo con patatas y tarta de limón de postre.
No tardamos en acabarnos la cena, porque estamos un poco hambrientas. Acabo de darme cuenta de que la mujer esta hablando por teléfono y parece preocupada. Pero los nervios se la pasan cuando un hombre se levanta para darla su plato. Ella cuelga rápido el teléfono, y mete el plato en lo cocina.
No me gustan esos tipos.
Acabamos la cena, y decidimos salir a la calle a tomar el aire, pero está lloviendo un poco, así que nos vamos a la habitación. Tenemos que descansar. Llegamos, y me meto en la cama. No puedo dejar de pensar en esos dos hombres, me dan mala espina, no se porque. Pero creo que será mejor dormir un poco, para despejarme.
Pero acabo de oír una voces, así que voy a mirar por la ventana, porque vienen de esa parte. Cuando aparto la cortina, distingo a los hombres hablando. Se pasan un sobre de uno a otro, y uno saca lo parece un arma, para meterlo en el sobre y volvérselo a dar a su compañero. Yo vuelvo a poner la cortina bien, y me meto a la cama. Tengo miedo, pero también quiero saber lo que van a hacer esos dos. Sin embargo, el sueño me puede y termino quedándome dormida.



domingo, 4 de noviembre de 2012

Capitulo 2 - Forever young

Me acabo de despertar. Miro la hora en mi reloj, las 7 de la mañana. Todabía queda una hora para nuestra parada, así que me vuelvo a tumbar. No hay nadie en nuestro compartimento, y lo más probable es que no halla habído mucho movimiento en el tren. Al no poder volver a conciliar el sueño, decido sacar el mapa de California, para ver dónde deberíamos ir. El tren nos dejará en la entrada de los Ángeles, así que tendremos que buscar un motel para alojarnos, pero no es en los Ángeles donde quiero residir, si no en Santa Monica, a media hora de allí. No se muy bien porque, quizá sea por que tiene playa, y dado que quedan semanas para que de comienzo el verano, podremos practicar surf, o quizá sea porque es una ciudad pequeña, no hay mucho tráfico y la calidad de vida es muy buena. Aunque todo esto lo tendré que consultar con Rose. Me levanto y voy a buscar las guías que te ofrecen en el tren de Los Ángeles, para ir buscando moteles no muy caros y cerca de la capital. Encuentro uno que está bastante bien, ofrece desayuno y cena y las habitaciones son de dos y tres camas. También está a unos 30 Km de el centro de la ciudad, así que creo que ese será un buen sitio para instalarnos durante unos días.
Rose se despierta justo cuando avisan que en 10 minutos llegaremos a la estación, así que recogemos nuestras pertenencias y nos levantamos para ir hacia las puertas. Cuando salimos, vamos a la cafetería de la estación y pedimos unos cafés y unos bollos para desayunar. Mientras comemos, le cuento a Rose mis planes, a los que no pone ninguna pega. Pagamos el desayuno y nos vamos hacia la estación de autobuses que hay unos metros después, siguiendo la carretera. El próximo viaje sale dentro de media hora, así que nos sentamos en un banco y hablamos un rato.

-Rose : Cuando lleguemos a Santa Monica, tenemos que comprar un coche, no quiero seguir cogiendo transporte publico para ir a todas partes.
-Bella : Si, ya lo había pensado. Una cosa, ¿tu estas segura de que comprar una casa será lo mejor?
-Rose : Bella, sé que te cuesta todabía asimilar que no volverás a tu casa, pero tenemos que comprar algo para poder hacer nuestra nueva vida.
-Bella : Si, tienes razón. No puedo echarme atrás. Ya no.
Además, vamos a ingresar dentro de un mes en la Academia Nacional de Danza, y no podemos estar viviendo en moteles de carretera.
-Rose : Exacto. Además, si conocemos a algún guapo surfista, no podemos traerle a un nido de cucarachas, ¿no?

Las dos reímos ante esa respuesta. Me acabo de dar cuenta de que es la primera que reimos desde la huída.
Ya ha pasado media hora, y vemos llegar al autobús. Su destino es el motel en que nos vamos a alojar, así que subimos. Somos las únicas pasajeras.
No tardamos mucho en llegar, unos veinte minutos aproximadamente. Le pago al conductor, y bajamos, dirigiendonos al motel para alquilar una habitación 2 días, que es lo que tardará en venir el próximo autobús para llevarnos a Santa Monica. Caminamos hacia lo que parece la recepción, y veo que hay una piscina, pero esta vacía, y un poco verde. Debe ser que no hay mucho movimiento por este lugar. Entramos a la recepción, que no está muy bien presentable, que digamos.
Nos atiende una mujer mayor, que nos da la llave de la habitación 19. Como tiene que cambiar las sábanas y ventilarla un poco, Rose y yo nos quedamos viendo un rato la tele de la recepción, si es que se le puede llamar así.




sábado, 3 de noviembre de 2012

Capitulo 1 - Forever young

Me llamo Isabella, aunque todo el mundo me llama Bella. Tengo 18 años y vivo en el norte de Arizona. Mis padres son médicos, y quieren que siga sus pasos y me convierta en una cirujana famosa, pero yo no sirvo para ello. Lo que de verdad quiero ser es bailarina. Siempre me ha gustado la danza de todo tipo, y he ido desde los 5 años hasta los 15 a la academia de baile internacional de Arizona. Pero mis padres creen que ser bailarina no es una profesión, que no podría ganarme la vida con ello, y que devo centrarme en mis estudios. Pero no estoy dispuesta a dejar que me manejen sin opinar nada, asique me voi a escapar.
Antes de que digais nada, no, no estoy loca. Mi sueño es bailar para las compañías de todo el mundo, y para los artistas mas grandes que hay, sin embargo, si me quedo aquí, lo único que conseguiré será ir a la facultad de medicina. Asique me voi a California, para seguir mi propio camino. Alguna vez tendría que irme de casa de mis padres, ¿no? Pues ese momento ha llegado.
Admito que si tuviera que irme yo sola, me costaría mucho irme de mi casa, pero por suerte, mi mejor amiga, Rose, me acompañará a perseguir mi sueño. Rose también quiere ser bailarina, ella y yo nos conocimos en la academia de baile, pero realmente, Rose no se va para perseguir su sueño. Se va para empezar una nueva vida, para poder ser otra persona diferente. Su padre murió cuando tenía 10 años, y su madre años más tarde, calló en una depresión de la que no pudo recuperarse. Rose se vino abajo y dejó el colegio. También hizo nuevas amistades, y entró en el mundo de las drogas. Afortunadamente, yo estaba allí para ayudarla. Asique, aquí estamos las dos, en la estación del tren, a las 12:00 de la noche y con unas pequeñas maletas. El tren se está retrasando.

-Rose : ¿No te da pena irte?
-Bella : Un poco, pero si me pongo a pensar, devía de haber hecho esto mucho antes.
-Rose : Ya... ¿Qué dirán tus padres?
-Bella : Seguramente llamen a la policia cuando se enteren, pero ya soy mayor de edad, soy libre para irme. La carta que les dejé lo decía bien claro, aunque sé que no la harán caso.
-Rose : No puedo creer que cojieras tanto dinero.
-Bella : Como si les importara eso. Ganan más de lo que necesitaría el estado entero. Además, lo necesitamos.

Oímos unos ruidos. El tren estaba llegando, asique recojimos las maletas y nos levantamos para subir. Una vez dentro, buscamos un compartimento vacío, para estar más relajadas y dormir tranquilas.
Mañana sería un gran día en nuestras vidas. O eso creíamos nosotras.