lunes, 5 de noviembre de 2012

Capitulo 3 - Forever young

La mujer que nos atendió en la recepción acaba de entrar por la puerta. Nos avisa de que ya podemos pasar a nuestra habitación, así que cogemos las maletas y salimos de la sala, dirigiéndonos a el otro edificio, con las habitaciones. Nos detenemos ante la número 19. Rose saca la llave del bolsillo de su sudadera, y abre la puerta. La habitación no es gran cosa. Hay dos camas, una tele por cable, una mesilla con una lámpara y otra puerta. Suponemos que sea el baño. También hay una cómoda en una esquina, así que colocamos nuestras maletas ahí.
Como todavía no nos habíamos aseado, Rose se mete a la ducha que hay en el baño, mientras que yo intento encender la tele, para ver las noticias de última hora. Es inútil. Los plomos están fundidos ahora que me fijo, así que tampoco tendremos luz por la noche. Rose me dice que la saque ropa de la maleta, para cambiarse, así que la saco unos vaqueros, una camisa de cuadros y unos botines marrones. Se lo coloco encima de su cama, y me tumbo en la mía. Pienso en mis padres, que deben de estar subiéndose por las paredes en estos momentos. Eso me hace gracia.

-Rose : ¿De qué te ríes? -acaba de salir de la ducha-.
-Bella : Imaginaba como estarán mis padres, puede que hasta intenten movilizar a los medios de comunicación para encontrarme.
-Rose : Aunque lo hagan, no nos encontrarían. Nadie miraría en un Motel de carretera medio abandonado.
-Bella : Ya lo sé, pero sería gracioso verles en la tele diciendo "Oh, encontrar a mi hijita, tiene que ser cirujana, como nosotros, sus crueles y ambiciosos padres".
-Rose : ¿Sabes? Aveces me das miedo. Sobre todo cuando imitas a tus padres.
-Bella : Anda, vístete y vamos a comprar aperitivos para comer. Hay una tienda dentro de la recepción. Y también hay un bar.

Rose se viste, y salimos de la habitación, cerrando la puerta con la llave. Esta vez la guardo yo.
Cuando entramos en la tienda-bar-recepción, vemos que hay dos hombres viendo la tele. Están hablando con la mujer que nos atendió, pero ella, al vernos, vuelve corriendo detrás del mostrador. Rose y yo nos miramos confusas, pero no le damos mucha importancia, así que entramos en al tienda y cogemos dos paquetes de avellanas, una botella de agua y unos caramelos. Con eso estaremos nutridas hasta la cena.
La mujer nos cobra los productos, y después vuelve a su puesto detrás de mostrador. Los hombres ya no están en los sofás.
Nosotras volvemos a nuestra habitación. Nos sentamos y empezamos a comer. Acabo mi paquete de avellanas y doy un trago de agua. Pero me detengo, porque oigo unas voces detrás de nuestra puerta. Rose parece oírlas también, porque se levanta y pone la oreja pegada a la puerta. Está así un rato, hasta que las voces dejan de oírse, y entonces viene a mi lado.

-Rose : Creo que eran los hombres de antes, pero no he distinguido muy bien las palabras. Decían algo sobre un marido, y sobre unos papeles.
-Bella : ¿Qué hacemos ahora?
-Rose : No se, puede que no sea nada importante, que solo sean dos hombre hablando mientras van a su habitación.
-Bella : Si, será solo eso.

Después de eso, no volvemos a hablar en toda la tarde. Tal vez porque a las dos nos queda la duda de que tramarán esos dos, pero no lo consultamos entre nosotras. Cuando llega la hora de cenar, la mujer viene y nos avisa de que servirá la cena en el comedor que hay detrás de la recepción, así que las dos salimos hacia allí. Cuando entramos, volvemos a encontrarnos a los dos hombres, que nos miran y murmuran cosas entre ellos. Rose y yo nos sentamos en la mesa más cercana de la entrada. La mujer nos sirve la cena ; Pollo con patatas y tarta de limón de postre.
No tardamos en acabarnos la cena, porque estamos un poco hambrientas. Acabo de darme cuenta de que la mujer esta hablando por teléfono y parece preocupada. Pero los nervios se la pasan cuando un hombre se levanta para darla su plato. Ella cuelga rápido el teléfono, y mete el plato en lo cocina.
No me gustan esos tipos.
Acabamos la cena, y decidimos salir a la calle a tomar el aire, pero está lloviendo un poco, así que nos vamos a la habitación. Tenemos que descansar. Llegamos, y me meto en la cama. No puedo dejar de pensar en esos dos hombres, me dan mala espina, no se porque. Pero creo que será mejor dormir un poco, para despejarme.
Pero acabo de oír una voces, así que voy a mirar por la ventana, porque vienen de esa parte. Cuando aparto la cortina, distingo a los hombres hablando. Se pasan un sobre de uno a otro, y uno saca lo parece un arma, para meterlo en el sobre y volvérselo a dar a su compañero. Yo vuelvo a poner la cortina bien, y me meto a la cama. Tengo miedo, pero también quiero saber lo que van a hacer esos dos. Sin embargo, el sueño me puede y termino quedándome dormida.



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